Siempre me angustia el llanto de un niño por la madrugada. Me aterra que alguien no pueda dormir, me asusta demasiado no poder/saber ayudar. A veces me pongo en los zapatos de los demás, y también es cierto que constantemnte me atrevo a sentir más dolor por su vida que la que ellos mismos sienten. Quién soy yo para tomar de lastimero al mundo. La verdad es que creo estar tan capacitada para el dolor que no me importa acoger el de los otros. Pero quizá solamente necesito problemas más reales y tácitos que los míos. Asuntos que si tengan nombre y no mis revuelcos espirituales, mi sentir por sentir y acongojarme por la congoja.
Siempre me angustia el llanto de un crío por la madrugada. Y ahora me conmueve también el sufrimiento de la madre que es constantemente privada del sueño. Al final ella le reconfortará con sus arrullos, él la recompensará con su ser inocente. Pero a mí, que escucho por la ventana llanto y arrullo, quién me tocará, o a quién podré poner una mano sobre la frente cuando en la noche vuelva a volcarse el silencio.
Siempre me angustia el llanto de un crío por la madrugada. Y ahora me conmueve también el sufrimiento de la madre que es constantemente privada del sueño. Al final ella le reconfortará con sus arrullos, él la recompensará con su ser inocente. Pero a mí, que escucho por la ventana llanto y arrullo, quién me tocará, o a quién podré poner una mano sobre la frente cuando en la noche vuelva a volcarse el silencio.
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