implica que todas las inquietudes se trabajan en soledad, no debes compartir ninguna antes de ser capaz de formularla de tal manera que puedas transmitir la curiosidad genuina a los otros. Si lo haces antes de tiempo es posible que ni tú misma llegues a captar la dimensión de aquel fenómeno que observas. Por otro lado, puede que la reacción de los demás al escuchar tu poco trabajada inquietud termine por menguar el interés que tienes en ella. Si te resulta triste esta restricción, piensa que es aún más triste perder la capacidad de inquietarte y ver la vida como una superficie plana, sin misterios.
Puede que la solución de los pequeños misterios nos lleve al descubrimiento de un misterio mayor, he said.
No sabemos por qué necesitamos aprehender la vida, sin embargo insistimos. La tendencia al análisis es una forma de abordarla, pero no la mejor. El análisis descompone todo en sus partes, puede enumerar y clasificar pero no aprehender los fenómenos. Y para quien lo recibe —el lector en este caso— no es el fenómeno ni la experiencia del fenómeno en sí, si no el análisis, la descomposición. Obtiene una rana diseccionada cuando lo que queríamos compartir era el misterio de la rana viva.
Puede que la solución de los pequeños misterios nos lleve al descubrimiento de un misterio mayor, he said.
No sabemos por qué necesitamos aprehender la vida, sin embargo insistimos. La tendencia al análisis es una forma de abordarla, pero no la mejor. El análisis descompone todo en sus partes, puede enumerar y clasificar pero no aprehender los fenómenos. Y para quien lo recibe —el lector en este caso— no es el fenómeno ni la experiencia del fenómeno en sí, si no el análisis, la descomposición. Obtiene una rana diseccionada cuando lo que queríamos compartir era el misterio de la rana viva.
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