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17.10.07

insiderismos (qué diría sal paradise)

i
Hoy casi siento que Madrid me quiere, la estaba viendo con detalle, paseándome por lugares a los que -sin darme cuenta- les tomé un cariño fundamental. Y fluía por las lìneas del metro, maravillosamente, y el metro zumbaba adentro de los túneles maravillosamente y el ipod se estremecía adentro de mi bolsillo (metáfora mala) y cada persona me parecía un personaje interesante y todos los confines del mundo estaban ahí representados por alguien de aquí o allá y podía oír conversaciones en un montón de idiomas que no comprendía y ese no entender hacía que cada conversación fuese algo por demás enigmático, así se tratase de la conversación más cotidiana, algo que yo intentaba e intentaba descifrar sólo a partir de la comunicación gestual con que los hablantes enfatizaban sus misteriosas historias.

Hoy casi siento que Madrid me quiere, excepto porque en algún punto se detuvo la música y la gente volvió a decir hostias, tía, joder y el tumulto de madrileños ocupados, con vidas correctamente encausadas, para quienes time is money, volvió a chocar sus hombros contra los míos y ganarme los asientos libres y tocarme la cintura para hacerme a un lado en las escaleras eléctricas.

Entiendo que soy altamente sensible a la hostilidad, que desde niña voy por ahí casi pidiendo perdón por existir, que cualquier voz en alto me hace esconderme debajo del pupitre, con las mejillas chapeadas y sin saber dónde rayos esconder la mirada. Por eso me senté en alguna banqueta"E" a pensar en el sentimiento de culpa y en qué punto, exactamente, de mi vida me fue inculcado y la tan conocida tesis de Freud en el Malestar. Ese complejo que, en lo que toca a mí, es lo que a cada dos pasos de mi vida me paraliza.

Sobra decir que entiendo exactamente contra qué toca rebelarme.

ii
He visto en youtube esos videos que cuelgan ahora los alumnos, de lo que pasa en el salón de clases donde los maestros ya no pueden tenerlos quietos ni un rato, impedir que digan palabrotas o estén todo el tiempo jugando con sus celulares o sus laptops. Yo recuerdo màs o menos lo que era un maestro, tampoco se trataba de la gran cosa, pero en el mejor de los casos te tocaba alguien buena onda que sabía un montón de cosas interesantes y te adoptaba como su favorito (a) si notaba que tenías especial interés por esos temas. No hay demasiados maestros que quisiera volver a ver, though. Vistos en retrospectiva, sí hay un cierto aire de fracaso en relación a sus vidas asociado al hecho de que pueden permanecer hasta la postjubilación dando clases para el mismo grado, la misma materia... viendo generaciones enteras pasar... generaciones completas de alumnos que supuestamente tienen un futuro brillante porque sus padres pueden pagar las mejores escuelas, es decir, esas instituciones con fines de lucro en las que el cliente siempre tiene la razón. Pero de eso a escuchar con consentimiento a los morrillos de ahora -todos rbd y britney spears y paris hilton- llamarles pobres pendejos y ver (en el you tube) que esos pobres pendejos no pueden sino poner cara de que ojalá esto no se sepa fuera de clases y se pasan de buenaonda y de barcos sólo para conseguir el mínimo grado posible de complicidad con esos pequeños cabrones que pagan su salario, hay una gran diferencia y no deja de sorprenderme.

Todo esto me suena, más bien, a que en un punto el mercado (o sea, la cultura) ha, tal vez, conseguido exaltar o precipitar la rebeldía de la adolescencia/juventud y orientarla hacia la prosecución de una idea de libertad por demás estúpida (libertad para ser un mequetrefe adolescente, un pequeño hijodeputa y, cuando crezcas, un experimentado cabrón). Y esto crece hacia abajo, es decir, cada vez hacia generaciones más jóvenes desde que las reprimendas están clasificadas como maltrato psicológico a menores y las sociedades de padres de familia tachan de acoso sexual cualquier inento de acercamiento sujeto a sujeto con los niños. Y hacia abajo, conforme se abren guarderías para infantes desde los 6 meses de edad, como beneficio para las madres trabajadoras -en las ciudades en donde esto es posible-.

Lo que me hace, finalmente, plantear si acaso vivimos -o vamos hacia- una sociedad cuya integración y pertenencia no están basados ya en el sentimiento de culpa inculcado a los niños. Y si esto es mejor o peor, o si da exactamente lo mismo. Al final cada quien recibe la mierda que se merece -quiero pensar-. Y no estoy diciendo que se lo desee a esos adolescentes cuelgavideos. Ni que espero ver a los maestros desde sus monótonos y denigrantes trabajos con seguridad social y pensión -por jodida que ésta sea- reírse en la cara de esos futuros pobres diablos, cuando lo sean, trabajando horas extras por un salario de mierda y sin ninguna prestación del todo. Tal vez al final todos somos unos pobres pendejos y ya.

"Lo primero que aprendí cuando era niño " me dijo W. "fue a respetar a los mayores." Esto suena, de suyo, totalmente status quo. Pero valdría la pena que lo meditásemos un poco -a quién le interese-. Hace años era todo un motivo de orgullo ser padre o madre, ahora casi hay sólo probabilidades de encontrarse en el banquillo de los acusados por perdedor, mal padre y generador de complejos. Todo esto, la verdad, como no soy socióloga ni antropóloga ni planeo ser madre en el futuro cercano, me incumbe muy poquito. Pero qué digo -y a quién lo digo- sólo quería despejarme la mente y volver al éxtasis de sentirme toda una madrid insider.

3 comments:

  1. un dia me das el tour por madrid ???
    en un futuro no muy lejano

    saludos y un abraso

    PAco

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  2. mejor uno con z

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  3. Too bad you're coming back to soon. I hope I get to be a Madrid insider too...

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