Es horrible sentir lo que se sentía. Doloroso estar en los zapatos de. Fingir que puedo comportarme distinto y no poder, no querer. Y no es para tanto. Estas cosas se olvidan, queda una vaga memoria o una pequeña infracción. En cualquier caso: una cuota que estoy dispuesta a pagar... pero no esto. No el perfume del otro en la ropa, en el cabello. No "las caricias que se sienten como golpes". Una vitalidad malsana que te grita a la cara Es raro un muerto cuando tu vida se ha reducido a una pequeña flama a riesgo de extinguirse si no se incendia algo pronto.